Entre las mas de 400 escenas de los vitrales de St. Georges, elijo esta.
El pueblito de Dambach está amurallado y todavía conserva 3
de las 4 puertas.
Siguiendo el plano, hemos recorrido los 25 lugares
importantes a visitar. La mayoría fachadas de casas datadas en el siglo XV
aunque había una de 1300.
Una de las tres puertas de la ciudad
Como todos estos pueblos de la Alsacia, la tranquilidad
imperante es absoluta y el silencio abunda la mayor parte del día.
Las calles son cualquier cosa menos rectas, es un dédalo de
callejuelas, callejones, costanillos, pasadizos y alguna que otra calle de
anchura suficiente para que dos coches no pasen si el otro no cede el paso y se
arrima a la pared.
Muchas de las casas tienen adosados terrenos que usan como
huertos. Hay mucha tomateras y calabazas en sus distintas variedades.
Admirando los huertos
Al igual que en otros pueblos, todos los que cultivan vid,
tienen su oficina de degustación para animar al visitante a comprar.
Arriba, fachada pintada y abajo detalle de la misma
Callejón con pozo incluido
Ha llegado un momento que las Maisones Alsacianes se nos han
subido a las narices y hemos decidido para y tomarnos un descanso, para ello
hemos subido hasta la iglesia de St Sebastien. Situada en un altozano que domina
el pueblo y sus viñedos, estaba cerrada y la hemos paseado dándole la vuelta y hemos encontrado un osario y una placa que
explica que estos huesos pertenecen a los habitantes del pueblo que se
levantaron en armas en 1524 durante lo que se llamó, la Revolución Campesina y
que se dio a ambos lados del rio Rhin.
vistas de Dambach desde la loma
En el término municipal de Dambach hay 520 hectáreas de
cultivo de vid.
Nos vamos a comer a Sélestat, la ciudad más grande de la
Alsacia media ( 19,000 habitantes)
Lo primero que vemos es la iglesia de St George con vitrales
de 1400´s.
Muchas de las fachadas en esta ciudad tiene trampantojos (Ilusión
óptica o trampa con que se engaña a una persona haciéndole creer que ve algo
distinto a lo que en realidad ve; especialmente, paisaje pintado en una
superficie que simula una imagen real.)
fachadas en la ciudad de Sélestat
Casi nos quedamos sin comer, a las 13:50 ya nos decían que “pas
manche”, hasta que en un lugarcito se apiadaron y nos permitieron sentarnos a
zampar. Tenían pates, lo cual nos dio la idea de comprar algunos para la cena y
ya puestos regalarnos foi casero
A las puertas de la tienda de Patés y abajo en el interior relamíéndonos
A las 4 se ha puesto a llover y nos hemos refugiado en Notre
maison.
osario
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