Nueve horas de coche para 650 Km. Teníamos la opción de
viajar por autopistas francesas o por
las neutrales suizas. Ya que habíamos comprado, nada más entrar al país, el
derecho a circular por las carreteras suizas, nos disponemos a recorrer gran
parte de su territorio hasta cruzar la frontera a la altura de Annecy.
Casi 400 Km “gratis” pero con gran carga
vehicular sobre todo en las cercanías de las ciudades por las que transcurre la
etapa, Berna, Lausana y Ginebra. Ya una vez en territorio franco, la espesura
del tráfico no decrece. Teorías:
Que si es por que es verano, que si es porque es viernes,
que si es porque es quincena, igualito al DF, perdón, CDMX.
Del paisaje no nos podemos quejar, hemos viajado paralelos a
los Alpes, esa mastodóntica cadena de picos con nieves perpetuas, paisaje muy
verde y una luz preciosa que nos dejaba boquiabiertos. Una vez los hemos dejado
atrás, los hemos cambiado por el Macizo Central.
Una enorme pared rocosa nos ha vigilado por una buena
porción de kilómetros, y por fín la meta del día Aviñon, la ciudad de los Papas y sede del cisma de Occidente momento en el
que hasta 3 Papas se disputaban el poder eclesiástico , siempre apoyados por
potencias antagónicas, entre 1378 y 1417.
Homenaje a Pablito y Claudia por tenerme la paciencia requerida para compartir un viaje conmigo
Por consejo de un empleado del Ibis, vamos a cenar al
restaurante Le Quai, con un emplazamiento espléndido entre el Ródano y la
muralla que rodea todo el casco antiguo.
Tenemos suerte con el camarero que además de diligente y
servicial sabe un cuasi perfecto español. Y nos deleitamos con unas ostras y
mas maravillas de la cocina francesa.
Un paseo nocturno nos sirve para pasear la cena y tomar
contacto con esta ciudad cargada de tanta historia.
La ciudad es un dédalo de calles muy estrechas y curvilíneas
que la hacen muy difícil de seguir en el plano, por suerte no es muy grande y
el sentido de la orientación todavía persiste pese a las dos botellas de vino
fresquito que nos hemos pimplado para ayudarnos a engullir las viandas.
Río Ródano
Le Pont de Avignon ( Puente a ninguna parte, se termina en mitad del río)
El palacio Papal, enormes dependencias donde los líderes de
la iglesia vivían con todo el lujo disponible en aquellos siglos, se mantiene
en perfecto estado. Algunas de sus capillas y recámaras todavía mantienen los
ricos frescos que ornaba las paredes.
Detalle de la humildad que siempre a caracterizado a los
dirigentes de la secta católica:
El papa oía misa sentado sobre un trono, cubierto con un
dosel de oro, separado del resto de mortales, los cuales si formaban parte del
equipo de gobierno se sentaban en las primeras filas.
Una reja separaba a los siguientes estamentos que escuchaban
la misa de pie sin derecho de asiento.
Con la entrada va incluida una audioguía. Es curioso ver a
cientos de personas pasear por las amplias salas, con la vista perdida a lo
zombi y con un aparato pegado a la oreja.
Palacio Papal
Hay mucho que ver en esta ciudad pero estamos saturados
después de 19 días así que la tarde Pablo y yo la descansamos y Eva y Claudia se van de tiendas.
Mañana última etapa entre esta ciudad y Valencia, un poco mas larga que la de hoy, 774 Km y hasta aquí el viajee del verano. Quedamos a la espera del viaje en bicicleta por la Ribera del Duero a su paso por la provincia de Soria y que será a mediados de Septiembre.
Murallas que rodean el perimetro de la ciudad